ZENÚ

El pueblo indígena Zenú se localiza en los resguardos de San Andrés de Sotavento en el departamento de Córdoba, bajo la cabecera municipal de Tolú Viejo y en el resguardo de El Volao en Urabá. Además, se encuentran en varios asentamientos pequeños en Sucre, Antioquia, y Chocó.

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Foto tomada de la página del Ministerio de cultura de la Republica de Colombia.

Sin duda el mayor centro de asentamiento del pueblo Zenú se encuentra en el departamento de Córdoba, en el Resguardo de San Andrés de Sotavento (municipio de Tolú Viejo). Por otra parte, en Sucre tienen presencia en el Resguardo del Alto San Jorge. Así mismo, existen numerosas comunidades que están en proceso de legalización de predios adyacentes al ya mencionado Resguardo de San Andrés de Sotavento. No obstante, las organizaciones locales aseveran números no determinados superiores a los arrojados a través del censo DANE 2005. Además, existe un alto porcentaje de población indígena del pueblo Zenú que se encuentra asentada en áreas urbanas.

La región donde habitan los Zenú se caracteriza por ser una zona con relieve de colinas y lomas de terrenos secos y erosionados. La temperatura está entre los 24 y los 30 grados centígrados. Esta región se compone también de un sistema hidrográfico compuesto principalmente por los arroyos: Mochá, Mapurincé y Petaca, de los cuales dos desembocan en la Ciénaga Grande y uno en el mar Caribe (Serpa, 2000).

El pueblo Zenú, en tiempos prehispánicos, habitaba 103 asentamientos distribuidos en las provincias de Finzenú, Pancenú y Zenufana. Finzenú abarcaba el valle del Sinú y las Sabanas Sucre y Bolívar, hasta la serranía de San Jacinto y se caracterizaba porque abundaban los centros ceremoniales, funerarios y artesanales. Por otro lado, Panzenú se ubicaba en el valle de San Jorge y se extendía hasta el río Magdalena, era una zona de explotación agrícola, artesanal, pesquera y de cacería. Finalmente, Zenufaná comprendía los valles del Bajo Cauca y Nechí y era la sede del poder gubernamental (Serpa, 2000).

MAXIMA AUTORIDAD

LA CACICA ZENUFANA, fue la jefa y figura mítica, quien habría gobernado en el bajo Cauca y el área Nechí y Durante la conquista española organizó todo el territorio Zenú.

Actualmente el cacique es Alvaro Ortiz Navarro es la máxima autoridad del resguardo.

VESTIMENTA:

Antiguamente utilizaban como vestido Guayucos y otros vivían desnudos, además acostumbran a pintarse el cuerpo y la cara con tinta que extraían de las plantas, se adornaban con narigueras, zarcillos y collares.  

El vestuario en el pueblo Zenú está asociado, básicamente, tanto con la variación climática como con las condiciones de trabajo. En este sentido anteriormente se podía ver que los hombres usaban parumas, franelas y sombrero vueltiao. A su vez, las mujeres usaban faldas largas, blusas y babuchas de pana. Esta indumentaria se relaciona más con una perspectiva ancestral. Sin embargo, todos los Zenú han modificado sustancialmente su vestuario, adoptando formas de vestir del colono mestizo. En consecuencia, las formas de vestir hoy en día para los hombres consisten en pantalones, camisa, y sombrero vueltiao, y para las mujeres, en faldas de colores vivos y blusas escotadas.

FISIONOMIA DE LOS ZENUES

Su cuerpo eran de mayor tamaño que el de los Chibcha, eran corpulentos (esto debido al gran trabajo de jornalearía y pesca), musculosos y de nariz curva o afilada.

CULTURE

Con respecto a las creencias, la medicina, y la música y el vestuario de la cultura Zenú, el Ministerio de Cultura señala: En el legado ancestral se evidencia en el fuerte apego a su contexto territorial, especialmente los lugares sagrados y encantados. La presencia católica/ cristiana en los procesos históricos produjo una mezcla sincrética, la cual se expresa en varias festividades, en las que los hombres se disfrazan de mujeres y otras expresiones distintivas. Entre sus creencias está la fe por el Dios cristiano y un panteón de santos, (San Simón del Blanco, San Simón de Ayuda y San Simón de Juego) a los cuales se les brinda tributo y se les hacen ofrendas para obtener buenas y abundantes cosechas.

El sistema médico tradicional del pueblo Zenú se fundamenta en las plantas, con las que preparan brebajes en partos, y para ahuyentar los malos espíritus. Es usual el uso medicinal del tabaco, la hierbabuena, el orégano, la yerbasanta, el toronjil, el ajonjolí, y el mata-ratón. La mayoría de las plantas generalmente sembradas cerca de las viviendas, algunas se consiguen en los bosques cercanos o en la orilla de los arroyos. El poder curativo de las plantas es acompañado de rezos y conjuros. En la tradición de las fábulas, los mitos, las leyendas y cuentos, que configuran el sistema de creencias ancestrales y religiosas asociadas a los “chimpines” de los arroyos (duendes), mohanes y encantos. 

La música zenú se ha transformado, ya no imita sonidos del medio ambiente, de animales y fenómenos naturales; en la actualidad se producen ritmos de fandango y cumbias.

El pueblo zenú era notable por su trabajo textil, su orfebrería y su alfarería. Esta última sobrevive hasta nuestros días, y actualmente la tejeduría en caña flecha representa una de sus actividades principales.  Como lo señala la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional: Los zenú son los artesanos que a través de los años han transformado la caña flecha en objetos de altísima calidad estética como el sombrero “vueltiao” (que de un tiempo para acá es un símbolo por excelencia de la colombianidad), que a su vez han contribuido a configurar su propia identidad.

El trenzado con caña flecha comprende varias especialidades, entre ellas la sombrerería. El objeto más sobresaliente es el sombrero zenú, conocido como vueltiao “porque explica la antropóloga [Lyda del Carmen Díaz, de la Universidad Nacional] se cose en espiral y el “ala” se voltea o dobla hacia arriba permitiendo lucir las pintas y dibujos del reverso del mismo”. 

Este arte consiste en alternar cintas de colores blanco y negro, llamadas ripias y pies, entre las que se delinean los dibujos y pintas que componen cada diseño, símbolos que identifican el trabajo de una familia o grupo. (Agencia de Noticial –UNAL. 2013)

Las prácticas culturales de los Zenúes, giraban en torno a un intercambio comercial y económico fluido entre los asentamientos y la dinámica de cada provincia, en torno a la producción de alimentos, tejidos y elementos de orfebrería. El patrón cultural de intercambio no superaba las expectativas de subsistencia

En el legado ancestral se evidencia el fuerte apego a su contexto territorial, especialmente a los lugares sagrados y encantados. La presencia católica/cristiana en los procesos históricos produjo una mezcla sincrética, la cual se expresa en varias festividades, en las que los hombres se disfrazan de mujeres y otras expresiones distintivas. Entre sus creencias está la fe por el Dios cristiano y un panteón de santos, (San Simón del Blanco, San Simón de Ayuda y San Simón de Juego) a los cuales se les brinda tributo y se les hacen ofrendas para obtener buenas y abundantes cosechas.  Leer más aquí: https://www.onic.org.co/pueblos/1171-zenu

LANGUAGE

La lengua Zenú ha ido desapareciendo desde antes de la conquista española. Y si bien durante largo tiempo se consideró como una lengua desaparecida, según el Ministerio de Cultura, hoy en día sólo un 13,4% de la población habla la lengua nativa, lo que evidencia un alto riesgo de extinción. (Ministerio de Cultura. República de Colombia)  

Actualmente hay un proceso de recuperación de la lengua zenú. Como escribe Laura Cardona Muñoz, para el periódico El Tiempo: La historia de la pérdida de la lengua se remonta a la época anterior al descubrimiento de América, cuando los Caribe tomaron las mujeres y el control de las tierras zenú. Luego de un prolongado letargo, la Gobernación de Sucre inició un proceso de investigación para rescatar de la memoria de los viejos de la comunidad las palabras que algunas vez formaron parte de su lengua. (El Tiempo. 2010)

Sin embargo, luego del desaparecimiento de la lengua originaria de los Zenues, en el lenguaje español en su forma fonológica de la población se caracteriza por conservar la “h” aspirada del español antiguo, por ejemplo no dicen “hilo” sino “jilo” y que los ancianos sustituyen el fonema /d/ por /r/; de igual forma, recopilaron un vocabulario de aproximadamente 47 palabras que aún se conservan de su lengua antigua y que se caracterizan por la alta frecuencia del fonema /ch/. Leer mas: https://revistas.ecr.edu.co/index.php/RCR/article/view/40/113 

Otros ejemplos: la caracterización fonológica de la “h” aspirada y la sustitución de /d/ por /r/, tales como: “Coddoba por Córdoba”, “jamaca por hamaca”, “jilo por hilo”, “joccón por horcón”, “jommiga por hormiga”, “jacha por hacha”, “vedde por verde”, “jabacca por abarca”, entre otras.

PALABRA ZENUÉS:

Ji-ji Mache- Mache. La frase significa Qué linda estás.

ACTIVIDADES ECONOMÍCAS

Con respecto a la economía del pueblo Zenú, se basa en la artesanía, la agricultura  y la pesca que son las actividades de mayor beneficio económico e incidencia social en el resguardo que alberga a la comunidad que guarda la tradición de los zenúes.

Sus habitantes procesan y utilizan la rica y variada cantidad de bejucos napas, cepas, majaguas, palmas y gramíneas para satisfacer necesidades primarias en el hogar, bien sea para transportar o depositar granos, productos y objetos o para el uso doméstico y personal.


Del total de la población de artesanos, aproximadamente 6.200 mujeres a mano la caña flecha, cotejando las fibras blancas y negras. Esta oposición de color, y su contraste simbólico, estructuran el diseño en formas y tejidos.

Las formas geométricas de la trenza de caña flecha, la habilidad para trenzar hasta 21 fibras simultáneamente, su contraste, textura y acabados hacen del tejido zenú una propuesta de comunicación cultural más que una simple oferta de consumo.

La artesanía constituye el más importante ingreso económico para esta comunidad y comprende desde la extracción de fibras hasta su trenzado y costura, pasando por el raspado, ripiado, blanqueado al sol y tinturado en negro con barro y tintes naturales extraídos de plantas americanas.

En su mayoría los Zenú viven de trabajar con la caña de flecha en la elaboración del sombrero vueltiao, pero como lo afirma Lola Carvajal, integrante de la Junta Directiva de las artesanías en Pueblecito, necesitan recursos para sembrar caña de flecha y máquinas de coser para elaborar sus propios sombreros. Ver más aquí: https://www.youtube.com/watch?v=QYbOhApuWtE 

ORFEBRERIA

La cultura Zenú realizó objeto de oro con aleaciones de cobre destacando el uso de la técnica semi- filigrana las cuales, una vez colados en moldes de arcillas representaban aves acuáticas, peces, caimanes, entre otros animales representativos en esta cultura. Ver mas aquí: https://www.youtube.com/watch?v=yGNNrP9yuXo 

CERAMICA

En cuanto a la cerámica fue notable la representación de mujeres con deformaciones intencionales o ricamente vestidas, en ese sentido, las mujeres para la cultura Zenú eran símbolo de fertilidad, sabiduría y respeto, generalmente estas cerámicas eran colocadas en las tumbas como manifestación del renacimiento en el inframundo. Ver mas https://www.youtube.com/watch?v=yGNNrP9yuXo 

SOMBRERO VUELTIAO

Tejer el sombrero vueltiao ha sido una tradición forjada entre las familias Zenú y es gestada, como indica el maestro artesano Marcial Montalvo, “a partir de pensamiento, la unión y el quehacer diario de cada familia tejiendo. Cuando una familia se pone a tejer entre padre e hijo, está conservando su cultura y conservando sus tradiciones”.

El sombrero vueltiao es uno de los símbolos más reconocidos en todas partes del mundo como insignia colombiana. El sombrero vueltiao pertenece a la cultura Zenú y es elaborado de una fibra natural que proviene de la palmera conocida como caña flecha, la cual crece en las riberas de los ríos y ciénagas de la costa atlántica. 

La técnica usada es implementada por la cultura Zenú hace más de mil años y este tipo de sombrero fue diseñado hace más de doscientos años y en sus inicios los artesanos por no conocer el proceso de tinturado lo elaboraban solo de color blanco. 

La caña flecha es una fibra natural y a la hora de elegir las fibras para la confección del sombrero se eligen las de mayor longitud, con textura homogénea y mejor desarrollo. Después de la elección se quitan las venas mediante el conocido “raspado” y se exponen al sol para luego dividir las fibras en blancas y pigmentadas o manchadas.

Ya teniendo las fibras se realizan las trenzas que constituyen cada sombrero. La cantidad de fibras para realizar las trenzas está conformada por números impares entre blanco y negro. El color blanco va de derecha a izquierda mientras que el negro de izquierda a derecha. De este modo se logra que el borde derecho sea blanco y el izquierdo negro.

La trenza del sombrero varía con la calidad del sombrero y ancho de las alas. Se conocen 5 tipos de sombreros, quinceano, diecinueve, veintiuno, veintitrés, veintisiete, los cuales deben su nombre a la cantidad de pares de tiras de fibra por las que están constituidos. Los sombreros más finos son los de 19, 21, 23 y hasta 27 vueltas.

El trenzado de caña flecha representa elementos de la cosmogonía de la cultura Zenú. La técnica de cada familia o comunidad se ve reflejada en los dibujos, esto con el fin de que cada sombrero se pueda identificar con posterioridad.

Los dibujos confeccionados siguen formas geométricas de triángulos o cuadrados y rectángulos como figuras primarias, luego se van combinando para dar lugar a dibujos armónicos y atractivos. Esta infinidad de combinaciones da lugar a que estos dibujos parezcan objetos, animales, frutos, flores, partes del cuerpo humano o animal, elementos cósmicos o terrestres.

Cuentan las anécdotas, que en el pasado si una indígena le daba un sombrero a un hombre este quedaba “marcado” y el usarlo significaba complacencia con la indígena. Y en el caso de que al indígena le atrajera otra mujer no podía permitir que esa otra lo tocara, pues era un irrespeto contra la novia.

Además, la tradición cuenta también, que en algún tiempo el sombrero vueltiao sirvió como instrumento para salvarse de ataques de serpientes en el campo, ya que, al percibir la presencia de alguna, se tiraba el sombrero para lograr despistarlas. 

Sombrero vueltiao: para Marcelino Flórez artesano Zenú, señala que la elaboración del sombrero vueltiao es un trabajo colectivo del núcleo familiar, que viene de generación en generación, la cual trabajan desde el mas pequeño hasta el mas adulto.

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SUMMARY 

La cultura Zenú o Senu que significa Gente de palabra, se encuentra ubicada en los resguardos de San Andrés de Sotavento en el departamento de Córdoba.

Históricamente su máxima figura jerarquía fue la Cacica ZENUFANA, quien fue la encargada de organizar yodo el territorio Zenú. Su vestimenta estaba asociado a las variaciones climáticas y mayormente utilizaban Guayucos, nariguera, zarcillos, collares y otros vivan desnudos, además acostumbraban a pintarse el cuerpo y rostro con tintas extraídas de las plantas.

Su economía se basaba en la agricultura, la pesca y la artesanía.

Los senúes realizaban orfebrería en oro y cobre con técnicas semi-filigrama y, asimismo, sus grandes cualidades para la manipulación con la cerámica, representando mayormente a la figura de la mujer, puesto que simbolizaba la fertilidad, sabiduría y respeto. 

Actualmente uno de las artesanías más conocidas y trabajadas por los Senues es el sombrero Vueltiao, que es elaborado con caña fecha.